El koala (Phascolarctos cinereus) es una especie de marsupial diprotodonto de la familia Phascolarctidae, arbicola con hábitos de baja actividad, similares a los de un perezoso.
Los koalas viven en los árboles y realizan la mayoría de sus actividades de noche. No se encuentran cómodos en el suelo, donde caminan a gatas. Para ahorrar energía, duermen 20 horas al día, más que los perezosos, que duermen unas 18 horas diarias.
Sus depredadores naturales son los dingos, las lechuzas, las águilas, los varanos y las serpientes pitón. Las épocas de sequía y los incendios, también pueden resultar peligrosos para ellos.
Son muy exigentes a la hora de elegir sus alimentos: primero estiran un brazo y cogen con mucho esmero algunas de las hojas elegidas; luego las olisquean con cuidado antes de darles un bocado; y, por último, las mastican hasta hacerlas una papilla y se las tragan.
Los dientes del koala están adaptados para comer hojas de eucalipto. Estos animales recogen las hojas con los incisivos superiores e inferiores. El hueco entre los incisivos y las muelas permite que puedan mover las hojas de un lado para otro con la lengua sin morderse. Las muelas tienen una forma especial que hace que también puedan trocear la comida, en lugar de solo triturarla. De este modo, los dientes quitan la humedad a las hojas y destruyen la fibra de éstas, de modo que facilitan la digestión.
El eucalipto les aporta azúcares, almidón, grasas y proteínas. En un proceso digestivo relativamente largo; se extraen el agua y los alimentos aprovechables. Como sus alimentos son difíciles de digerir, poco energéticos e incluso tóxicos, los koalas tienen un apéndice que es muy largo (hasta 2,5 metros). Aquí las bacterias ayudan a digerir las fibras y permiten que se dé una especie de fermentación. Además, su lento metabolismo hace posible que se almacene el eucalipto durante bastante tiempo, en el que se pierde la mayoría de la energía. Así mismo, les lleva a un bajo consumo de energía, que es inferior al del resto de los animales herbívoros.
La acción del hombre ha provocado la aparición de nuevos peligros, como coches, perros vagabundos, insecticidas, piscinas y un mayor riesgo de contraer gangrena. A menudo, se construyen carreteras que atraviesan territorios de koalas, por lo que el koala debe quedarse en el lado en que se encuentran gramos de hojas al día.
Los koalas pasan la mayor parte del tiempo en los eucaliptos. Son unos grandes trepadores. Se caracterizan por tener un cuerpo pequeño, regordete y unas extremidades relativamente largas. Sus pies y garras reúnen las cualidades necesarias para agarrarse y balancearse en las ramas.
Si los koalas quieren subir a un árbol, saltan desde el suelo, sujetándose a la corteza con sus garras y trepan. Suben y bajan de los árboles siempre con la cabeza hacia arriba. Normalmente, descienden lentamente, ya que sólo utilizan una pata. Generalmente, los koalas solo descienden de un árbol para llegar a otro. Aquí les acecha la mayoría de los peligros. Cuando caminan, adelantan primero la mano derecha, después el pie izquierdo, la mano izquierda y finalmente el pie derecho. Y cuando corren, mueven pies y manos a la vez. Intuitivamente, los koalas intentan protegerse del peligro en las ramas de los árboles. En las urbanizaciones, trepan por las paredes, vallas, postes de luz y letreros de las calles.
Algunos koalas permanecen más tiempo en el suelo que otros. Este comportamiento depende del tamaño del territorio y de la distancia entre los árboles. A menudo, en las cercanías de las urbanizaciones deben recorrer más distancia por el suelo que en su habitat habitual.
En los árboles adecuados, los koalas se muestran tranquilos. Su comportamiento depende de la condición de las horquillas de las ramas, de las condiciones meteorológicas y de la hora del día. Dado que el tiempo cambia constantemente durante el día en un bosque australiano, los koalas pueden estar en diferentes lugares: al sol, a la sombra, en una zona de viento frío o en lugares protegidos del viento o de la lluvia.
Los koalas pueden estar inmóviles sobre una rama durante una hora. Mientras duermen, se aferran a las horquillas para no caerse. El pelaje de su parte trasera inferior, que es especialmente espeso, les permite apoyarse en las ramas más duras. En los días fríos, húmedos y ventosos, los koalas se enrollan como una bola para ocupar menos espacio y desprender el menor calor posible. Cuando llueve, el agua se desliza por el lomo de los koalas como sucede con los patos. En los días calurosos, secos y bochornosos, los koalas no sufren tanto el calor, ya que el pelaje de su pecho, claro y largo, absorbe el calor. Cuando hace viento, su pelo se mueve y así se refrescan.
Tomado de : http://es.wikipedia.org/wiki/Phascolarctos_cinereus#H.C3.A1bitat
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